AGOTADO EL REFRIGERANTE A BORDO Herschel pone fin a su observación en infrarrojo del Universo

Herschel

MADRID, 29 Abr. (EUROPA PRESS) –

   El observatorio espacial Herschel de la ESA ha agotado su suministro de refrigerante de helio líquido, poniendo fin a más de tres años de observaciones pioneras del Universo frío.

   El evento no fue inesperado: la misión comenzó con más de 2.300 litros de helio líquido, que ha estado evaporándose lentamente desde la última recarga el día antes del lanzamiento de Herschel el 14 de mayo de 2009.

El helio líquido es esencial para enfriar los instrumentos del observatorio a cerca del cero absoluto, lo que Herschel necesitaba para hacer observaciones de alta sensibilidad del Universo frío hasta hoy.

La confirmación de que el helio se ha agotado llegó este lunes en el comienzo de la sesión de comunicación diaria de la nave espacial con su estación de tierra en Australia Occidental, con un claro aumento de las temperaturas medidas en todos los instrumentos de Herschel.

«Herschel ha superado todas las expectativas, lo que nos proporciona un increíble tesoro de datos que mantendrá ocupado a los astrónomos durante muchos años», dice el profesor Álvaro Giménez Cañete, director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA.

Herschel ha realizado más de 35.000 observaciones científicas, por un valor de datos científicos equivalente a unos 600 programas de observación que acumulasen más de 25.000 horas. Otras 2.000 horas de observaciones de calibración también contribuyen al rico conjunto de datos ricos, localizado en el Centro Europeo de Astronomía Espacial de la ESA, cerca de Madrid.

El archivo se convertirá en el legado de la misión. Se espera que proporcione aún más descubrimientos de los que se han hecho durante la vida de la misión Herschel.

«Herschel nos ha ofrecido una nueva visión del Universo hasta entonces oculta, y nos apunta a un proceso inédito de nacimiento de las estrellas y de la formación de las galaxias, lo que nos permite rastrear agua a través del universo de las nubes moleculares hasta las estrellas recién nacidas y sus discos de formación planetaria», dice Göran Pilbratt, científico del proyecto Herschel de la ESA.

Impresionantes imágenes de intrincadas redes de filamentos de polvo y gas dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, proporcionan una historia ilustrada de la formación estelar. Estas observaciones del infrarrojo lejano únicas han dado a los astrónomos una nueva visión de cómo la turbulencia agita el gas en el medio interestelar, dando lugar a una estructura filamentosa dentro de las nubes moleculares frías.

Si las condiciones son adecuadas, la gravedad se hace cargo y convierte los filamentos en núcleos compactos. Profundamente arraigados dentro de estos núcleos aparecen las protoestrellas, las semillas de nuevas estrellas que calientan suavemente el polvo que las rodea a unos pocos grados por encima del cero absoluto, dejando al descubierto sus ubicaciones para los ojos sensibles al calor de Herschel.

 

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